Alguien dijo que si eres el tipo más listo de la sala, es que estás en la sala equivocada. Y me encanta. Esa frase te reta a relacionarte con personas que te aportan más. No necesariamente con personas que te ríen las gracias. O que creen que eres lo más grande.

Entonces, ¿por qué ocurre que preferimos la compañía de personas que no nos desafían con frecuencia?

Solemos buscar a gente como nosotros

Nunca crecerás lo mismo que cuando te rodeas de gente que te toca los pies

Nathan Manzaneque

Bueno, la realidad es que normalmente el ser humano se rodea de otros seres humanos similares a sí mismo en cualidades, valores, gustos, edad, experiencias, y personalidad.

Y ojo, mola mucho estar con gente como tú mismo. Si te encuentras en el terreno personal puede ser genial. Si lo que buscas es comodidad y confort. O si tu ego necesita masajes constantes. O en caso de que tengas asuntos sin resolver con tu autoestima. ¿Recuerdas algún jefe de departamento o gerente o socio o viejo conocido que se rodeó siempre de personas que nunca le levantaron la voz?

La pega quizá estriba en si eres una persona inquieta que realmente quiere crecer. Si quieres expandir tu zona de confort y salir de la cueva. Incluso en el terreno personal es estimulante rodearte de personas que te reten a menudo. Que te reten, no que te irriten a menudo, digo.

La gente como tú mismo difícilmente va a retar tus puntos de vista, tus formas de pensar y ver las cosas. Es difícil que personas que hacen lo mismo que tú te enseñen cosas muy diferentes. Que te obliguen a evolucionar no desde una motivación perniciosa o dañina, sino desde un interés honesto y con integridad.

Ahí va el reto, pues. Encuentra a personas que te planteen retos. En todos los ámbitos de tu vida. Tanto a nivel emocional, profesional, espiritual, físico, etc. Que no te inviten a transitar siempre el camino más fácil. Que te estimulen a hacer un esfuerzo más, a alcanzar, a mejorar.

Y lo sabes… ¿o no?
Practica el Let It Go

Aprende a saber abandonar cuando sabes que estás en el lugar equivocado

Nathan Manzaneque

Seguro que has vivido como yo esa sensación. Algo no funciona. Te ha costado mucho llegar a entrar en una organización o un entorno ‘X’. Ya sea para aprender algo, o aportar algo, o conseguir algo. Pero tu pasión está muy lejos. Sientes que tu lugar es otro. Sientes que los valores que te mueven no encajan con los valores que esa organización refleja en su día a día. ¡Qué bajón! Con lo que te ha costado y lo que has luchado por llegar. Y cuando llegaste, ¡qué decepción más profunda! Aunque en su marketing y publicidad venda valores, sientes que hay muy poca verdad detrás. ¿Te has sentido de esa manera alguna vez?

No abandonar un entorno tóxico para ti, puede asfixiar tu motivación, ralentizar tu desarrollo profesional y personal, e incluso impedirte alcanzar tus objetivos reales y sueños.

Nathan Manzaneque

Dejar un sitio así puede ser lo mejor que hayas echo nunca. Puede darte alas. Puede acercarte cada vez un poco más a alcanzar tu visión profesional y personal. Déjame que comparta un pequeño ejemplo que puede ilustrar esta realidad sobre nuestro crecimiento y desarrollo profesional y personal.

En su último libro Wise Guy, Guy Kawasaki explica que a mediados de los años 70 abandonó sus estudios de derecho. El tipo es asio-americano (¿existe esta palabra o me la he inventado?) y en la cultura asiática el nivel de exigencia en cuanto a expectativas familiares es absolutamente tremendo. Los padres (no sé si incluso más las madres) ejercen una presión formidable sobre los niños desde muy corta edad para que compitan al más alto nivel en cada aspecto de su formación. No alcanzar la excelencia no es una opción deseable para un joven.

Para Guy fue un golpe de suerte increíble entrar en la institución en la que entró. Pero una vez dentro, Guy odió cada minuto allí. Abandonar derecho suponía rechazar una oportunidad maravillosa. Podía percibirse como un desprecio al esfuerzo titánico de unos padres que se habían sacrificado mucho. Su padre Senador del Estado por Hawaii, toda su familia encima y el peso de todos sus ancestros sobre sus hombros. Ahí es nada, la presión que sintió el paisano.

Y lo interesante para mí es que el tipo fue valiente e hizo caso de lo que le decían las tripas. Contra todo pronóstico Guy no es un perdedor porque rechazó estar en el lugar que muchos otros codiciaban. Hoy es un inversor de éxito, da conferencias e inspira a miles de personas, ha escrito trece libros, ha trabajado dos veces en Apple, y ha empezado varias empresas tecnológicas. ¿Hizo bien en abandonar?

¿Y qué pasa contigo? ¿Qué pasa con nosotros? ¿Estamos donde queremos estar por las razones correctas para nosotros? ¿Estamos aprendiendo aquello que sabemos nos va a impulsar a crecer en la dirección que realmente nos va a llevar donde queremos estar nosotros cuando y como a nosotros nos interesa?

Practica el cuidado consciente

Solamente puedes mantener un rendimiento de élite si mantienes una rutina de descanso profundo y recuperación emocional sin condiciones.

Nathan Manzaneque

A menudo si andas como pollo sin cabeza, lo primero que descuidas son los cuatro pilares fundamentales de tu éxito: tu salud física, mental, emocional, y espiritual. Están todos tan íntimamente relacionados que es difícil separarlos. Y me juego lo que quieras a que probablemente no estás siendo todo lo cuidadoso que te gustaría con algunos de esos pilares que sirven de soporte para el tipo de liderazgo que necesitas ejercer en tu día a día.

Piensa en lo que harás con la energía y el tiempo que utilizarás en el lugar que más alineado está con tus objetivos empresariales y personales. El beneficio es triple.

1- Por un lado dejas de sentirte fuera de lugar, estancado en tu aprendizaje y crecimiento.

2- Por el otro dejas de sentirte culpable por no tomar una decisión que sientes y sabes que tienes que tomar.

3- Y por el otro das un mejor uso a tu tiempo y cada vez consigues acercarte más a tus sueños y objetivos porque te involucras en proyectos y entornos en los que de verdad puedes aprender y crecer. Cuidarás de aprender de forma continua y reforzar tus cuatro pilares fundamentales de tu éxito.

Y cuando lo hagas a mayor grado, Ah, my friend! Future is bright! (El futuro es brillante)

Let it Go como filosofía de aprendizaje.
No dejes de crecer

Está claro, si vives de las rentas y dejas de aprender, estás muriendo. ¿Suena exagerado? ¿Acaso no estamos todos muriendo desde el momento en que nacemos? Vale. Te lo compro. Quizá no sientes que te estás muriendo físicamente.

¿Pero no es cierto que aprender y crecer es progresar? ¿Y que progresar es sentir que avanzas, que estás más vivo? Vivimos en un mundo en el que los productos ya no tienen un ciclo de vida de años, sino de semanas. En ocasiones, días. Nuestra necesidad de desarrollarnos de forma consciente y positiva nunca ha sido tan grande. Y nuestra habilidad para crecer de manera planificada y sostenible nunca ha sido tan imprescindible.

Hay sectores industriales enteros que ya son obsoletos y ni ellos mismos aún lo saben. (Véase sectores como el taxi, el transporte de personas y mercancías en general, y un largo etcétera) Ya existen hoy mismo, a esta hora, millones de personas que no están preparadas para re-invertarse una vez descubran que sus puestos de trabajo no existen desde hace rato.

¿Cuánto vas a crecer en los próximos cinco años? ¿Qué nuevas habilidades vas a adquirir? ¿Qué viejas destrezas vas a pulir y aguzar todavía a mayor grado? ¿Cómo vas a lograrlo día tras día, año tras año?

¿Estás dispuesto a que te desafíen y a salir de lugares donde no puedes crecer en la dirección de tus valores?

Si tú no influyes conscientemente en tu crecimiento, pueden ocurrir una de dos cosas: o bien no crecerás como deseas, o lo harás limitado por intereses de otros.

Nathan Manzaneque

¿Quieres ser un poco más feliz cada semana? Entonces cada semana debemos trabajar en nuestro propio desarrollo. Si tú no influyes conscientemente en tu crecimiento, es posible que 1) no crezcas, 2) crezcas sólo según los intereses de otras personas, o 3) crezcas en una dirección diferente a tus valores y visión personal de futuro. Y no se tú, pero para mí estos no son escenarios aceptables.

¿Me das permiso para tocarte los pies?

1.- Bloquea en tu agenda una reunión contigo mismo que dure no menos de 90 minutos en un lugar en el que no tengas interrupciones ni wifi… Llama a la reunión «Desarrollo Personal Urgente» o algo así. Escribe en un papel en una cara, cuáles son las personas con las que has pasado tiempo que más te han retado a superarte en los últimos 6 meses. ¿No? ¿Pocas? En los últimos 6 años entonces. Quizá tengas que retomar buenas relaciones con personas que realmente contribuyen a sacar tu mejor versión.

2.- En la misma reunión, por la otra cara, elabora una lista y escribe a qué organizaciones perteneces. Empresas, clubes, asociaciones, grupos de colegas, todos. Y evalúa del 0 al 10 cuánto están alineadas con tus valores principales y tu visión de quién quieres ser como líder positivo en tu entorno. (0 es que no están para nada alineadas contigo, 10 si no pueden estar más en harmonía contigo)

¿Estás dispuesto? ¿Trabajamos juntos?